jueves, 13 de septiembre de 2012
El sofismo representa el fin del período llamado cosmológico, en que la
inquietud del saber se centraba en la naturaleza, y el inicio del período
antropológico, centrado en el hombre.
Los sofistas no creían en el ideal de la verdad absoluta y priorizaban el
concepto de utilidad, enseñando la virtud como la capacidad de ser eficaz en
política.
Para el sofismo toda moral y cultura proviene del hombre y este concepto
los llevó a romper con el pensamiento tradicional que los llevó a un
escepticismo y relativismo subjetivo.
Creían en el carácter funcional del lenguaje y en que no existe un
conocimiento válido y necesario, y esta forma de pensar los convirtió en los
primeros en incursionar en una teoría del conocimiento.El sofismo también se diferenció de la filosofía griega por su método, ya
que aunque la vieja filosofía no excluía la observación empírica era
típicamente deductiva, o sea que una vez que el sabio tenía un principio
constitutivo general del mundo debía explicar a partir de él los fenómenos
concretos.El método sofista más cuestionado era la enseñanza de la erística o el arte
de persuadir y ganar las controversias, principalmente en lo concerniente a
ganar los litigios judiciales. Obviamente en la práctica, esta habilidad podía
equivaler a que la causa injusta pareciera justa, cuestión contraria al afán de
llegar a la verdad de los antiguos filósofos.
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