martes, 18 de septiembre de 2012


DIFERENCIAS DE SOCRATES Y LOS SOFISTAS


Aunque la confusión de Sócrates como Sofista está continuamente presente en multitud de testimonios desde los mismos tiempos de las Nubes de Aristófanes, es posteriormente cuando tal confusión se agudiza todavía aún más. En el siglo IV, por ejemplo, un historiador llamado Androtion, confunde, bajo el nombre de sofistas a los 7 sabios de Grecia, y, del mismo modo que también hará Rousseau, añade a Sócrates mismo en la lista.
Hoy sabemos que las
 diferencias filosóficas entre Sócrates y los Sofistas existieron. Señalaremos algunas:
  • Los sofistas son codiciosos de dinero y se hacen pagar por sus lecciones. No hacían nada malo, por ello, y estaban dentro, como dice Protágoras, dentro del comportamiento tradicional griego desde el tiempo de los aedos. Sócrates, que no se consideró nunca un sabio, jamás pidió dinero a cambio de sus enseñanzas.
  • Los sofistas tienen un afán profesional por adoctrinar y modelar el alma de los jóvenes. Sócrates siente horror ante la caza del alma: el alma, es algo que no confiaría ni a mi padre, ni mi a mi hermano ni a ninguno de mis amigos.
  • El sofista cultiva un arte de apariencia y es un forjador de imágenes y está dotado de una ciencia opinable y no verdadera. Sócrates que ambiciona la búsqueda de la verdad pura, sintió el vértigo de que pudiera triunfar una habilidad consistente en hacer parecer lo bueno malo y viceversa, con lo que la verdad sería una mera cuestión de utilidad, llevando a que las mismas leyes de la ciudad se hicieran cosa de conveniencia y no de justicia. Por todo ello, Sócrates busca la liberación de esta frivolidad acudiendo a la dialéctica: más vale lograr poco, pero bueno que mucho pero equivocándose.
  • Frente a la retorica y la oratoria de los sofistas, Sócrates aguza su dialéctica. Según Sócrates, la retórica deja la certeza reducida a mera probabilidad y subjetivismo, y éste no hace al hombre más sabio que un renacuajo.
  • Los sofistas mantienen una actitud práctica radicalmente distinta a la actitud teórica mantenida por Sócrates. La actitud practicista de los sofistas representaba un desdén sobre todo lo puramente teórica referido al orden humano o divino. Y es que los sofistas, según Sócrates, llenaban a la gente de dudas sobre las leyes y la religión de su ciudad. Ante tal orientación, Sócrates concentró toda su atención no en problemas de tipo práctico, sino en el intento de averiguar que es la piedad y la impiedad, lo hermoso y lo feo, lo justo y lo injusto. En este tipo de investigaciones es en donde Sócrates encuentra su originalidad. Frente al puro pragmatismo del éxito, que sostienen los sofistas, Sócrates se inclina por la estimación moral heredad pero interiorizada. Frente a la moda sofista en contra de los prejuicios heredados, Sócrates aparece como un defensor de la vieja moral. Toda su vida se mantuvo como un eterno insatisfecho, buscando el norte de la seguridad moral y de la verdad. Por ello, dejó para los sofistas el apelativo de sabios, como sinónimo de aquellos que son capaces de tomar lo que a cualquiera le parece mal y consiguen hacerlo aparecer como bien, y tomó para él, el nombre de filósofo, es decir, el aficionada a la sabiduría.
  • Por último, para Sócrates el hombre no nace libre sino dentro de la historia y vinculado a su ciudad. Todo lo que rodea al hombre: familia, sangre, religión, etc es lo que sitúa al hombre sobre una raíz. Sócrates está muy lejos del afán disolvente del sofista que predicará que el hombre nace libre y aislado. Pues bien, Sócrates rechaza resueltamente la idea de la individualización del sujeto atómico, sin vinculaciones ni raíces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario